24.5.08

La doble vida de Verónica


Hasta hora de Krzysztof Kieslowski sólo había podido ver su Trilogía de Colores (considerando a Azul como la mejor de sus películas). Sin embargo he quedado fascinado con un de sus trabajos anteriores. La doble vida de Verónica tiene los mismos elementos que me llamaron la atención de Azul: una espectacular musicalización que forma parte de el núcleo de la historia, así como la construcción del personaje femenino y sus dilemas existenciales. Sin embargo, Verónica llega a un más lejos que las películas de la Trilogía en la belleza de sus imágenes y en las metáforas de su historia.

La ambiguedad en la dualidad de estos dos personajes y sus mundos nos llenan de un apasionamiento interpretativo que sólo el cine de Kieslowski puede provocar. Estas dos mujeres se convierten en dos mitades, dos realidades, dos oportunidades, dos percepciones de la vida, y a la final en una sola persona. Una única Verónica en busca de la felicidad.

Sobre esto quiero citar parte de un análisis sobre esta película que encontré en la web y que me ha encantado:

La Doble Vida de Verónica debería abordarse de la misma manera: la imagen de las dos Verónicas no tendría que engañarnos como dice el título, tenemos la doble vida de (una) Verónica, es decir, ¿se le permite a la misma persona redimirse? (¿o perderse?) dándosele otra oportunidad y repitiendo la opción fatal.

En La Doble Vida de Verónica, no estamos entonces tratando del "misterio" de la comunicación entre dos Verónicas, sino con UNA y la misma persona que viaja hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. Por esa razón, la escena llave del film es el encuentro de las dos Verónicas en la amplia plaza en la cual se está realizando la manifestación política de Solidaridad: este encuentro se transforma en una toma circular vertiginosa que recuerda la famosa toma de 360 grados de Hitchcock, en Vétigo; mas tarde, cuando se presenta la Verónica francesa, resulta claro que la perplejidad de la Verónica polaca depende en ese momento, (o resultaba) de su oscuro conocimiento del inminente encuentro imposible con su doble.

Este encuentro tiene un significado diferente para cada una de las dos Verónicas: para la Verónica polaca, marca, en el modo Romántico, el encuentro de la muerte (efectivamente, ella muere enseguida después), mientras que para la Verónica francesa, darse cuenta que allí está su doble la confronta claramente con la posibilidad de elección ella podría haber elegido una vida diferente (de la carrera de cantante), la cual, de nuevo, la podría haber llevado a la muerte. . . .

Slavoj Žižek, "Krzysztof Kieslowski como un Cyber-artista"