
El viernes 13 de abril se estrenó en Quito la nueva película ecuatoriana Esas no son penas. Una nueva propuesta que se aleja totalmente del realismo sucio que caracterizó al cine latinoamericano en las pasadas décadas. Una mirada intimista a la problematica ya no colectiva sino individual, enmarcada por la ciudad como escenario. En este caso, un Quito frío y nublado parece exteriorizar los sentimientos de las 5 mujeres que conforman esta historia.
Sin embargo, y a pesar de sus logros, Esas no son penas carece en varios momentos de la suficiente fuerza narrrativa para consolidar totalmente su propuesta y conquistar totalmente al espectador.